jueves, 5 de marzo de 2020

►Cómo resolver problemas de la vida: 10 actitudes básicas

como resolver problemas


Para saber cómo resolver problemas de la vida, es necesario contar con una actitud adecuada que te permita manejarlos de forma eficaz.


El adoptar determinadas actitudes en los momentos en los que tenemos dificultades, nos ayudará a tener una perspectiva más positiva y realista acerca de lo que nos sucede, por lo que nuestro estrés y ansiedad se verá reducido.


Existen una serie de actitudes básicas que si comenzamos a adoptarlas en nuestro día a día, podremos resolver nuestros problemas cotidianos sin que esto nos genere demasiado estrés y preocupaciones.

¿Cómo resolver problemas de la vida? En este post encontrarás 10 actitudes básicas que puedes comenzar a adoptar desde ahora mismo para hacer frente a esos problemas de la vida que no podemos controlar.



Cómo resolver problemas de la vida: 10 actitudes 



  1. Ocuparse y no preocuparse: El estar pensando en el problema de manera obsesiva sólo nos genera más estrés y ansiedad.




    A veces creemos que al estar dándole vueltas a la cabeza, enfocándonos todo el día en el problema, vamos a poder darle una buena solución y nada más alejado de la realidad.




    Por esto es importante que determines si el problema que tienes en este momento lo puedes resolver hoy mismo o es un problema que tienes que ir resolviendo poco a poco.




    Cualquiera que sea la respuesta, comienza a hacer por lo menos esas pequeñas cosas con las que podrías comenzar a resvolverlo y no esperes a que pase más tiempo para tomar acción ante la situación.




    En caso de que no puedas resolverlo hoy, ponte a hacer otras cosas importantes y continúa avanzando con tus tareas del día a día.




    Piensa que mañana o el día que vayas a poder hacerlo, te vas a dedicar a ello pero si ahora no puedes hacer nada, ¿para qué angustiarte?




    Enfócate en otra cosa y no detengas tu día por eso.
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  1. Dedica un tiempo a pensar en el problema. Lo mejor es darnos un tiempo exclusivo para buscarle la mejor solución a ese problema y olvidarnos de él el resto del día.




    Por ejemplo, en lugar de estar pensando todo el dia en como resolver el problema, es más eficaz que programes un tiempo en específico para pensar en que puedes hacer para resolverlo.




    El tiempo restante dedícate a vivir en el momento presente y a poner atención a lo que estás haciendo.






    Programar una hora, dos horas, el tiempo que creas conveniente para resolver el problema, va a hacer que puedas encontrar mejores alternativas a diferencia de estar todo el día pensando en el sin enfocarte.




    Aparte de que si estás pensando todo el día en el problema, no vas a poder realizar de manera adecuada tus otras actividades.




  1. Aceptar que los problemas son parte de la vida diaria: Debemos de tener siempre en cuenta que no todo el tiempo van a ser las cosas como nosotros queremos.




    Una de las realidades de la vida que a veces nos cuesta aceptar es que no tenemos el control de todo lo que nos pasa.




    Hay situaciones externas a nosotros así como personas que evidentemente no podemos controlar.






    Puede ser que tengamos planeado salir a correr con un amigo al parque el día de hoy pero si llueve o si nuestro amigo al final no puede ir, nuestros planes tendrán que cambiar.




    Tal vez tengamos pensado entrar a trabajar a una empresa determinada y realmente seamos aptos para el puesto vacante, pero si la empresa decide no contratarnos, por lo menos en ese momento, no podemos hacer nada.




    ¿Cuántas veces nos hemos enfadado por cosas que no podemos controlar?




    Recuerda que los problemas son parte de la vida y tenemos que aprender a lidiar con ellos de la mejor manera posible más que enfocarnos en tratar de eliminarlos a toda costa.




  1. Tener paciencia: Muchos de los problemas que tenemos hoy, no se resuelven de un día para otro.






    El ser conscientes de ello y de que en muchas ocasiones requiere de tiempo, nos ayudará a sentirnos más tranquilos y reducirá nuestros niveles de estrés y ansiedad.




    Tener paciencia es clave para cuando tenemos que esperar un tiempo para que un problema se resuelva ya que es algo progresivo.




    A veces, por no saber esperar podemos tomar decisiones equivocadas que harán que el problema se haga aún mayor.




    Así que lo mejor que podemos hacer es enfocarnos en ir resolviendo momento a momento el problema y dejar de lado el futuro, preocupándonos únicamente por lo que hacemos en el presente.






  1. Dejar de quejarse:  ¿Cuántas veces al día sueles quejarte de los problemas que tienes en la vida y de las cosas que no te agradan?, ¿te ha ayudado en algo?




    Cuando la queja se vuelve constante y parte de nuestra vida, más que acercarnos a la resolución de nuestros problemas, aún los hace más grandes.




    Hay que recordar que la calidad de nuestros pensamientos influyen en la manera en la que nos sentimos.




    Si todo el tiempo lo único que pensamos y decimos son quejas acerca de lo que nos pasa, nos sentiremos frustrados, incapaces, desafortunados y con un gran malestar emocional e incluso físico.




    El quejarse también disminuye nuestra motivación y energía, necesarias para hacer frente a aquellas situaciones difíciles por las que a veces tenemos que atravesar.




    Así que es necesario poder un alto a ese mal hábito de quejarnos y en lugar de eso buscar soluciones que realmente nos vayan a mover de donde estamos y nos hagan sentir mejor.




    Por lo que cada vez que te descubras quejándote de algo, pon un alto y modifica eso que vas a decir por algo más positivo y de valor que te aporte para resolver el problema.


  1. No esperes a que alguien llegue a solucionar el problema: No dejes pasar el tiempo pretendiendo que el problema se resuelva por sí sólo o que alguien llegue a solucionarlo.




    Puedes optar por comenzar a realizar algunas acciones, por muy pequeñas que te lleven a resolver el problema.




    Toma la iniciativa y trata de encontrar soluciones por tu cuenta que te permitan ir avanzando.




    En la medida en la que vamos afrontando nuestros problemas adquirimos más herramientas y recursos para afrontar una nueva situación.


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  1. Sé específico. Algunas veces sentimos que tenemos un problema o más y nos sentimos agobiados todos los días de saber que están ahí, pero no los tenemos claros.




    Pareciera que hay cosas por ahí por resolver pero no tenemos idea de qué es exactamente lo que tenemos que hacer e incluso cual es el problema real.




    Vale la pena tomarse un tiempo y definir exactamente cual es o cuales son los problemas en concreto que tenemos.




    Una vez teniéndolos claros y especificandolos, a partir de ahí podemos comenzar a ingeniar un plan para resolver cada uno de ellos.




    Teniendo claro qué es lo que tenemos que resolver y de que manera lo vamos a hacer, será más sencillo comenzar a llevarlo a cabo.




    También nos quitará de encima la sensación de saber que hay cosas pendientes que no hemos resuelto.


  1. Ver los problemas como oportunidades: Tenemos que cambiar la perspectiva con la que vemos los problemas.




    En lugar de verlos como algo totalmente negativo es necesario que aprendamos a verlos como oportunidades para seguir creciendo y desarrollándonos como personas.




    ¿Alguna vez has tenido un problema que te haya dejado un aprendizaje? ¡Estoy segura que sí!




    Y es que por increíble que parezca, siempre podemos aprender algo nuevo de cada obstáculo que se nos atraviesa en nuestra vida.




    Para eso está el ensayo y error, para aprender a hacer las cosas cada vez mejor.




    Cuando adoptas esta nueva perspectiva acerca de tus problemas, cada vez que tengas uno nuevo, los abordarás con una actitud más positiva y esto te permitirá no caer en el estrés y desesperación




    Pregúntate, ¿qué puedo aprender de esto?, ¿qué oportunidad oculta puedo encontrar en este problema?


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  1. Pide ayuda. Pedir ayuda cuando sentimos que lo necesitamos es bastante liberador.




    A veces nos podemos sentir tan saturados de una situación que dejamos de verla de manera clara y por lo tanto es más difícil saber que hacer.




    Se puede por ejemplo pedir consejos a otras personas para saber que hicieron en situaciones similares o pedir a alguien directamente que nos ayude a resolver el conflicto.




    Incluso puede ser que esa persona a la que se le pide ayuda, más que nos brinde una ayuda práctica, nos puede brindar su apoyo emocional.






  1. Acéptalo  Aceptar que tienes un problema no es sinónimo de resignación, por el contrario, aceptar quiere decir simplemente no seguir negando su existencia.




    Y es que muchas veces nos podemos una barrera muy fuerte para no aceptar una situación que nos desagrada.




    Cuando aceptas que el problema existe y dejas de resistirte, también dejas de invertir tanta energía en él y de alimentarlo más.


Si no te gusta algo, cámbialo. Si no puedes cambiarlo, cambia tu actitud” Maya Angelou


Gracias por visitar mi blog, espero que este post haya sido de tu agrado pero que sobre todo haya podido aportarte algo positivo.


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¡Hasta la próxima!




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