¿Por qué se producen las crisis de pareja?

Uno de los temas más demandados dentro de la consulta psicológica es acerca de los problemas de pareja. 

Las personas suelen llegar directamente a solicitar ayuda para resolver alguna dificultad en concreto en su relación y/o por otro tipo de problemas que suelen venir acompañados de conflictos en su relación de pareja. 

A continuación mencionaré algunas de las causas más frecuentes de los problemas de pareja:

• Habilidades deficientes para la convivencia: En varias ocasiones nos imponen la idea de que el amor todo lo cura y por lo tanto todo lo resuelve. Cuando se trata de convivencia, el amor no es suficiente para para garantizar la felicidad y estabilidad de la pareja. Para que exista una buena convivencia en la pareja debemos de hacer un esfuerzo y trabajar en ello. Es necesario que aprendamos a desarrollar más nuestras habilidades de comunicación, expresión emocional y resolución de problemas. Más que dedicarnos a echarle la culpa al otro, darle vueltas al asunto y ponernos a discutir, debemos de buscar soluciones y aprender a negociar y llegar a acuerdos mutuos.

• Expectativas poco realistas: Muchas parejas tienen una creencia inadecuada acerca de lo que es la vida en pareja. Tienden a idealizar tanto la relación y a la otra persona que no toman en cuenta que también tiene sus limitaciones y defectos como ser humano que es. Se imaginan que, como en las películas, en los poemas y canciones, el amor debe ser perfecto y todo debe de marchar bien, que la pasión nunca debe de acabar, que la otra persona debe satisfacerme en todo momento, entre otras cosas. Por eso muchas veces ante el menor problema y/o si se encuentran atravesando un periodo de cierta “frialdad” piensan que el amor ahí acaba.

• Infidelidad: Cuando la fidelidad mutua es un valor importante en la pareja, si uno de los miembros de ella falta a este valor estipulado, puede llegar a generar en el otro una gran desconfianza y falta de credibilidad que puede llegar a dar pie a una ruptura.

• Libertad y autonomía personal: Cuando las personas eligen terminar la relación porque les resulta más atractivo disfrutar de su libertad personal, su realización y vivir la vida sin ese compromiso adicional que se tiene con la pareja. Les resulta más placentero estar solteros y tener esa libertad de llevar a cabo sus planes personales de manera individual.

• Monotonía: Generalmente lo que sucede al principio de una relación es que ambos miembros de la pareja se esfuerzan por seducir al otro e intentar agradarle de todas las maneras posibles. Para ello suelen planificar y darse el tiempo que necesitan para sus actividades de ocio, intereses compartidos, detalles y vida social. Sin embargo, una vez que la pareja se establece, este tipo de actividades se reduce de forma considerable y se puede llegar a generar una rutina de las que les es difícil salir. Piensan que el interés y la emoción debe de seguir surgiendo espontáneamente y en lugar de hacer algo al respecto deciden terminar con la relación.

• Cambios repentinos e inesperados: El no saber como manejar algunas situaciones nuevas con la pareja, como por ejemplo: el nacimiento de un hijo, quedarse sin trabajo, ruina económica, enfermedades graves, entre otro tipo de situaciones inesperadas que la vida trae consigo.

• Falta de habilidades de comunicación y resolución de problemas: Los problemas que surjan en la pareja no tienen que ser motivos de crisis ya que forman parte de la vida. Es normal que en algún momento aparezcan, lo importante es aprender a resolverlos y aceptarlos cuando no podamos resolverlos en lugar de huir de ellos. Para ello es importante que exista una buena comunicación con la pareja, en donde surja la comprensión, tolerancia, el respeto y el aprender a comunicar de manera asertiva sentimientos, pensamientos y emociones. Así mismo poder trabajar en equipo para lograr afrontarlos y resolverlos de la mejor manera posible.

• Trastorno del comportamiento en uno de los miembros de la pareja: Cuando uno de los miembros de la pareja sufre de algún trastorno del comportamiento, como por ejemplo: drogadicción, depresión, alcoholismo, violencia, celos excesivos, etc. Por lo que requiere de un tratamiento de manera individual ya que de no ser atendido por un profesional podría afectar la dinámica de la relación.

• Violencia de género en el hogar: Desgraciadamente el número de casos de esta terrible situación ha ido en aumento. Sin duda cuando se sufre este tipo de violencia por parte de la pareja es razón suficiente para dejar la relación. Si te interesa informarte un poco más acerca de este tema, puedes consultar el artículo “el ciclo de la violencia doméstica”.

• Familia política: Cuando la familia del cónyuge interviene en la relación, ya sea en temas relacionados con la educación de los hijos, el estilo de vida, el tiempo dedicado a los suegros, la situación económica, etc. Puede generar rivalidad y conflicto en la pareja que de no ser solucionados pueden desencadenar en una ruptura.

Una pareja puede tener más de uno de estos problemas, sin embargo lo importante no es tanto el número sino la manera en la que aprendan a resolver sus conflictos. Exceptuando el de la violencia de género en el hogar y el de la libertad y autonomía personal, se puede salir adelante ante todos los demás, todo es cuestión de generar los recursos y habilidades necesarias para lograrlo. 

Espero haber podido aportar información valiosa a tu vida. 

¡Hasta pronto!