Si te estás preguntando: cómo
mejorar la memoria a corto plazo es porque seguramente te ocurre
alguna de estas situaciones con frecuencia: olvidas el nombre de las
personas, por qué entraste a una habitación, no recuerdas lo que te
acaban de decir, etc.
De hecho no tener una buena memoria a
corto plazo no solo puede ser vergonzoso sino que también puede
traer algunos problemas en otras áreas como la laboral y aún peor,
podría ser peligroso cuando realizamos tareas cotidianas como
cocinar o conducir.
Pero, ¿cómo mejorar la memoria a
corto plazo? Existen varios consejos que podemos comenzar a poner en
práctica para lograrlo y con ello también lograr nuestros objetivos
personales.
Cómo mejorar la memoria a corto plazo: 7 consejos
-
Dieta saludable: Según las investigaciones, todo aquello que comemos puede tener un impacto en nuestra capacidad de recordar y almacenar información en nuestra mente.
Cuando
no se tiene una dieta saludable, aumenta la probabilidad de que
desarrollemos demencia a medida que vamos envejeciendo.
Según
la doctora Francine Grodstein, existen muchas pruebas de que cuando
se acumula el colesterol y nos daña las arterias, esto no solo es
malo para el corazón sino también para nuestro cerebro.
Las
dietas que con ricas en colesterol y grasas, pueden acelerar en
nuestro cerebro la formación de placas beta-amiloides, las cuales
son responsables de gran parte del daño cerebral en las personas
con Alzheimer.
A
pesar de que faltan todavía hacer más investigaciones para
determinar exactamente que alimentos son los adecuados para mejorar
la memoria, menciona la Doctora Grodstein que lo que es bueno para
el corazón, también es bueno para el cerebro.
En
este caso, recomienda la dieta mediterránea que contiene un menú
de alimentos ricos en grasas insaturadas como por ejemplo, el aceite
de oliva, el pescado y las nueces ya que estos alimentos se han
relacionado con tasas más bajas de demencia.
Otros
componentes que incluye la dieta mediterránea pueden ser por
ejemplo, las frutas, verduras, granos integrales, consumo moderado
de vino (una copa al día para mujeres), entre otros.
-
Ejercicio físico: Está comprobado científicamente que el ejercicio físico tiene efectos sumamente positivos y que mejora la neuroplasticidad y la cognición.
Algunos
estudios que se han llevado a cabo recientemente han sugerido que la
memoria también puede beneficiarse del ejercicio físico.
Se
ha demostrado que basta con realizar 15 minutos de ejercicio físico
moderado al día para que se pueda producir un incremento en el
rendimiento cognitivo, incluyendo la memoria en personas de todas
las edades.
Esto
se debe a que el ejercicio físico aumenta la producción de
proteínas neuroprotectoras que mejoran el rendimiento y el
desarrollo de las neuronas y que por lo tanto ayuda a mejorar la
salud del cerebro.
De
hecho las personas que realizan algún tipo de ejercicio físico de
manera regular, tienen menos posibilidades de desarrollar algún
tipo de demencia en edades avanzadas de su vida.
-
Dejar de fumar: Se ha comprobado que fumar es sumamente perjudicial para la memoria debido a que reduce la cantidad de oxígeno que llega al cerebro.
Los
investigaciones han encontrado que el tabaquismo está estrechamente
relacionado con la disminución de la memoria, las funciones
cognitivas y la disminución de la capacidad para prestar atención.
Por
lo que descubrieron que en comparación con los no fumadores, los
fumadores no solo tienen un menor rendimiento en los procesos
cognitivos y la memoria sino que también tienen más posibilidades
de padecer algunos trastornos mentales como la depresión y la
ansiedad.
Además,
los estudios han demostrado que a las personas que fuman les resulta
más difícil recordar los nombres de las personas que a los no
fumadores.
-
Mantenerse mentalmente activo(a). Al igual que nos puede ayudar el mantenernos activos físicamente, es necesario que también lo hagamos de mentalmente.
¿Cómo
podemos mantenernos activos mentalmente? Existen muchas formas en
las que podemos ejercitar nuestra mente y mejorar nuestra memoria.
Algunas
de las actividades que podemos realizar para ejercitar nuestra mente
son aprender a tocar un instrumento, aprender un nuevo idioma,
realizar crucigramas, rompecabezas, aprender nuevas rutas para ir a
los sitios, etc.
La
finalidad es que vayamos obligando a nuestra mente a hacer de manera
frecuente pequeños esfuerzos que ayuden a que se vaya ejercitando y
por lo tanto que nuestra memoria mejore con la práctica.
-
Socializar de forma regular: Según algunas investigaciones hechas a personas mayores de alrededor de 80 años, demostraron que la interacción social ayuda a prevenir el envejecimiento del cerebro y sus funciones, entre ellas la memoria.
Y
es que convivir frecuentemente con otras personas ayuda a mantener nuestro cerebro
activo y no solo eso, también evita que padezcamos trastornos como
la ansiedad
o depresión.
Uno
de los síntomas de la depresión es precisamente la incapacidad
para concentrarnos y afecta a nuestra memoria a corto plazo.
Por
eso es muy importante tratar de estar en contacto con otras personas
y evitar quedarse solo por mucho tiempo.
-
Ser más organizado: Es imposible tratar de guardar toda la información que nos llega cada día en nuestra mente así como recordar tareas y actividades que tenemos que hacer por mucho que consideremos tener una buena memoria.
Así
que es importante dejar de tratar de acumular tanta información en
nuestra mente y comenzar a descargarla y organizarla de manera que
tengamos la información que necesitemos en nuestra mano.
Una
persona que se organiza bien y planifica todo lo que tiene que hacer
en su día a día, tenderá a tener
su mente en orden y es menos probable que olvide cosas.
Algunos
consejos que te pueden ser de utilidad para lograrlo es tener una
libreta especial o agenda en donde vayas anotando las tareas que
tienes que hacer en tu día a día.
Mientras
anotas todo lo que tiene que hacer, puedes repetirlo en voz alta
para que la información quede más almacenada en tu memoria.
Otro
aspecto que también es importante es establecer sitios en los
cuales dejar tus objetos personales para que los encuentres con más facilidad cuando los necesites.
-
Dormir bien: La investigación sugiere que el sueño, la memoria y el aprendizaje son fenómenos complejos que están sumamente relacionados.
Algunos
estudios realizados en humanos y en animales indican que la cantidad
y calidad de sueño tienen un gran impacto en la memoria y el
aprendizaje.
Una
persona que no descansa lo suficiente no puede enfocar de forma
eficaz su atención cuando está realizando alguna actividad, por lo
tanto es difícil que pueda aprender de forma eficiente.
Aunque
hoy en día todavía no se conocen con exactitud los mecanismos
exactos que intervienen en el aprendizaje y la memoria, estos se
dividen en 3 pasos: la adquisición de la información, la
consolidación de esta y recordar, el cual se refiere a la capacidad
que tenemos para acceder nuevamente a la información que hemos
almacenado.
Referencias:
Kaiser, J. K., Schickert, N. S., Roder, B. R., & Schmidt-Kassow, M. S. (2019, 26 junio). The Effects of Acute Physical Exercise on Memory, Peripheral BDNF, and Cortisol in Young Adults. Recuperado 12 agosto, 2019, de https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4942640/
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