Mejorar nuestro desarrollo personal y
profesional aumenta nuestro nivel de confianza y nos ayuda a lidiar mejor con
el estrés.
¿Cómo
te gustaría desarrollarte como persona?, ¿qué te gustaría lograr como
profesional?
Existen
una gran cantidad de estudios científicos que demuestran que trabajar en
nuestro propio desarrollo, tiene un gran impacto en nuestra vida diaria.
Y es
que, para trabajar de manera más eficaz y alcanzar objetivos, es importante
aprender a integrar nuestro desarrollo personal con el profesional.
A
continuación, te daré a conocer 10 herramientas clave que te ayudarán a
integrar ambos en tu vida diaria.
10 Herramientas para lograr el desarrollo personal y profesional
1.- Identifica tus valores personales
Para
lograr el desarrollo personal y profesional es indispensable tener claro cuáles
son nuestros valores personales.
A
pesar de que existen muchos valores, como la honestidad, la integridad, el
amor, la justicia, etc.
Cada
persona le da más valor a unos que a otros y los pone en práctica en su vida
diaria en diferente orden jerárquico.
Por
eso es importante tener claro cuáles son esos valores que rigen nuestra vida y
con los que tomamos nuestras propias decisiones.
Una
vez teniéndolo claro, podemos evaluar cuáles de esos valores podemos poner en práctica
como profesionales.
Por
ejemplo, si entre ellos se encuentra el compromiso y la honestidad, podemos
darnos cuenta de que manera aplicamos ambos valores en nuestro desempeño
profesional.
Y por
supuesto, poner énfasis en ellos ya que de estos dependerán las decisiones que
tomemos como profesionales y como personas.
2.- Establece objetivos a corto plazo
Tanto
para nuestro desarrollo personal como profesional, es necesario establecer
ciertos objetivos que nos permitan estar en sintonía con aquello que deseamos
lograr.
Cuando
establecemos objetivos a corto plazo tenemos la oportunidad de ir
experimentando con mayor frecuencia pequeños logros que nos van a motivar a
continuar y llegar a la meta final.
Y es que,
si desde el principio nos proponemos metas a largo plazo y no nos vamos
motivando en el camino, es más probable abandonar el objetivo.
Una
recomendación importante es establecer pequeños objetivos a nivel personal y
otros a nivel profesional que puedan ir de la mano.
3.- Planifica tu desarrollo
¿Tienes
un plan ya establecido?, ¿hacia dónde te quieres dirigir?, ¿cuál sería el
camino a seguir?
Cuando
contamos con un plan estratégico de hacia dónde queremos llegar y que
habilidades queremos desarrollar, lo mejor es establecer un plan.
Hacer
una planificación nos puede incluso ayudar a ir apreciando con mayor facilidad
los avances que vamos teniendo durante el proceso.
Cuando
planificamos establecemos fechas específicas para determinadas actividades y
nos permitirá tener un mayor control sobre nuestros objetivos.
Por
ejemplo, podemos elaborar un plan de capacitación para cada año y proponernos
una fecha determinada para completar algún módulo de la misma.
Podemos
ser conscientes de las ocasiones en las que ponemos en práctica una determinada
habilidad, etc.
4.- Busca y aprovecha nuevas oportunidades
Muchas
veces, cuando nos encontramos preparados, las oportunidades llegan solas.
Sin
embargo, en caso de que eso suceda (o no), también es necesario salir a buscar
nuevas oportunidades para practicar los nuevos conocimientos y habilidades.
Aunque,
no todas las oportunidades van a ser para nosotros, es bastante positivo
atreverse a explorar para ir encontrando aquellas que mejor se ajusten a lo
planeado.
Incluso,
existen oportunidades que tomamos que puede que no se ajusten el plan inicial
pero que nos lleven a conocer nuevos y mejores horizontes.
Lo
importante es atreverse a buscarlas para obtener nuevas experiencias que nos
permitan desarrollar las habilidades que deseamos.
5.- Haz del aprendizaje un hábito
Incorporar
el aprendizaje en nuestra rutina diaria es clave para desarrollarnos como
personas y profesionalmente.
Basta
con comenzar a programar un periodo de tiempo, por muy corto que sea, para
aprender cosas nuevas cada día.
Esto
puede ir desde reorganizar los horarios de trabajo o proponernos dedicar un
cierto tiempo a practicar una nueva habilidad o asistir a clases.
Así
como también dedicar periodos breves de tiempo a escuchar alguna clase o
podcast de un tema de nuestro interés.
Incorporar
este hábito a nuestra rutina diaria resulta más sencillo si aquello que vamos
aprendiendo es realmente de nuestro interés.
La
finalidad es volver del aprendizaje continuo una parte importante en nuestra
vida y sentir el deseo de seguir aprendiendo cosas nuevas.
6.- Cambia tu relación con el fracaso
Imagina
que es la primera vez en tu vida que juegas un videojuego y en ese primer
intento te pasas el juego completo. Sería algo sumamente extraño, ¿no?
Lo
lógico sería perder vidas muchas veces y cada vez que perdieras una vida no te importaría
en lo más mínimo cometer ese error.
No
caerías en la desesperación ni te dirías a ti mismo(a) que eres un fracaso y
que no vas a conseguir nada en la vida.
Cuando
jugamos un videojuego y perdemos una vida, lo único que pensamos es “ahí hay un
agujero, para la próxima lo voy a hacer mejor para no caerme”.
El
enfoque que le das al juego es progresar con la práctica, no pasarte el juego a
la primera y los errores son necesarios para seguir avanzando.
Cuando
adoptas esta mentalidad donde cada fallo es una parte necesaria para tu
desarrollo y crecimiento personal, tu cerebro cambia su relación con el
fracaso.
Esto
ocurre ya que deja de etiquetarlo como un peligro y por lo tanto no lo
considera algo de lo que debe alejarse, aliviando tu miedo a fracasar.
Lograr
que tu cerebro deje de huir o protegerse de los errores, elimina la parálisis,
te motiva a la acción y multiplica tus posibilidades de éxito.
7.- Establece límites
Cuando
organizamos de manera estratégica nuestro tiempo para conseguir nuestros
objetivos personales y profesionales, es necesario poner límites.
En
muchas ocasiones vamos a ser interrumpidos por otras personas y podemos estar
tentados a dejar a un lado las actividades del día por “cumplir” a los demás.
Es
necesario respetar el tiempo que tenemos reservado para nuestro propio
crecimiento personal y profesional.
Aprender
a decir NO de manera asertiva nos va a ayudar a proteger nuestro valioso tiempo
de aprendizaje.
Esto
no quiere decir que estás dejando a un lado a las personas importantes para ti,
simplemente estás respetando tu tiempo para lograr lo que deseas.
Evidentemente,
tenemos que aprender también a ser flexibles y usar nuestro mejor juicio para
saber identificar y atender cosas realmente urgentes.
8.- Manejar obstáculos y distracciones
Seguramente
durante tu proceso te tendrás que enfrentar a diferentes obstáculos y
distracciones que te pueden desviar del camino.
Cuando
logramos identificar cada uno de esos obstáculos y distractores, podemos
comenzar a pensar en soluciones para cada uno de ellos.
Y es
que a veces no tenemos claro que es lo que nos está quitando tanto tiempo y que
es lo que nos está dificultando tomar acción.
Así
que presta atención a todo aquello que vas haciendo en tu día a día e
identifica qué es lo que te está impidiendo o dificultando avanzar.
Por
ejemplo, puede ser que no te encuentres a gusto en tu lugar de trabajo, la
falta de organización, no poner límites a los demás, etc.
Incluso,
una de tus barreras pueden ser tus propios pensamientos y creencias
irracionales acerca de una determinada situación.
Una
vez que los hayas identificado, trata de buscar soluciones a cada uno de ellos
y comienza a ponerlas en práctica.
9.- Practica el autocuidado
En
ocasiones, nos enfocamos tanto en desarrollarnos personal y profesionalmente
que nos olvidamos de lo más importante que somos nosotros mismos.
Y es
que precisamente para lograr tener un buen crecimiento personal y profesional,
es indispensable cuidarnos.
Para
saber si estamos cuidando bien de nosotros mismos, podemos hacernos preguntas
como las siguientes:
“¿Qué
hago para cuidar de mi salud física y mental?”, “¿lo hago de manera continua?”,
“¿cómo me siento física y emocionalmente?”
Es
importante ser conscientes de cómo nos estamos sintiendo y asegurarnos de que
realmente estamos cuidando de nosotros mismos.
10.- Presta atención al momento presente
Enfocar
nuestra mente y cuerpo en el momento presente, sin duda puede ayudarnos a
mejorar nuestro bienestar mental.
Hay
que tener en cuenta que todo el día pasan por nuestra mente diferentes tipos de
pensamientos.
Estos
pensamientos pueden estar relacionados con el pasado, presente y futuro.
Mientras
más pensamientos tengamos relacionados con el pasado o futuro, más nos alejamos
de la realidad y dejamos de disfrutar el presente.
Por lo
que es importante recordar, cada vez que nuestra mente se quiera ir hacia otro
lado, que tenemos que volver a prestar atención al aquí y ahora.
Con
esto lograremos serenar la mente y dejar de preocuparnos tanto por cosas que no
han ocurrido o lamentarnos por cosas que ocurrieron anteriormente.
Una
buena manera para ayudarnos a llevarlo a cabo es por medio de la práctica de la
meditación o mindfulness.
Espero
que esta información te haya sido de utilidad y que puedas poner en práctica
algunos de los consejos descritos anteriormente en tu vida cotidiana para
mejorar tu desarrollo personal y profesional.
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