viernes, 14 de julio de 2017

¿Por qué no nos atrevemos más en la vida?


Nuestros miedos no detienen a la muerte sino a la vida”
-Elizabeth Kubler Ross

Entre las cosas que más le llamaba la atención a Elizabeth Kubler Ross, una de las mayores expertas que ha existido en el campo de la tanatología al implementar modernos cuidados paliativos a personas moribundas, era que entre las muchas cosas que le decían éstas personas, habían 2 que se repetían:


Primera: Se lamentaban no haberse reconciliado con algún ser querido 


Segunda: Se lamentaban de no haberse atrevido más en la vida.

¿Por qué no nos atrevemos más en la vida?




Muchas veces dejamos que nuestros propios miedos tomen las riendas de nuestra vida y nos dejamos arrastrar por ellos una y otra vez. ¿Por qué nos limita el miedo? Regularmente lo que suceden son dos cosas:

1.- Tenemos una percepción negativa del miedo: En realidad el miedo es una emoción que generamos a partir de nuestros pensamientos. 

El miedo también es un instinto básico y no puede ser negativo en sí mismo ya que sino tuviéramos miedo, dejaríamos de reaccionar ante situaciones realmente peligrosas que atentan contra nuestra vida. 

Lo que sucede es que el tipo de miedo que nos está impidiendo atrevernos, aparte de que realmente no está atentando contra nuestra vida, lo estamos utilizando en nuestra contra y no a nuestro favor. 

¿Por qué hay personas a las que sus miedos no las limitan? 


No es que tengan habilidades especiales para ello, simplemente aprendieron a utilizar sus miedos a su favor. 

Estas personas tienen una percepción distinta ya que les da más miedo el hecho de NO atreverse a conseguir sus sueños y quedarse en donde están que hacerlo y tener la posibilidad de conseguirlo. 

Por lo tanto, sus miedos en lugar de paralizarlos, los motivan a la acción.



2.- Nos enfocamos más en lo que tememos que en lo que queremos: Otra de las cosas que nos limitan es que, por estar enfocándonos únicamente en nuestros miedos, dejamos de lado aquello que deseamos. 


Siempre que pensamos en lo que queremos lograr lo primero que hacemos es imaginar todo lo malo que creemos que podría pasar si nos encaminamos a ello, incluso damos por sentado que no lo podremos lograr y no movemos ni un sólo dedo para intentarlo. 


Por ejemplo, si una de las cosas que deseo es abrir un negocio, comienzo a pensar en ello y a los 30 segundos de ilusionarme, me llegan a la mente pensamientos como: 


“Para abrirlo necesito mucho dinero y ahora no lo tengo”, “seguro que me piden un montón de requisitos”, “¿yo, abrir un negocio? Como me encanta soñar”, “¿y si fracaso y me voy a la quiebra?”, etc. 


Cuando realmente en lo que deberíamos de enfocarnos sería en la manera en la que podemos empezar a estructurar nuestro plan para lograrlo.


Cuando somos arrastrados por nuestros miedos, dejamos de vivir plenamente y vivimos con esa sensación de insatisfacción que es realmente a la que debemos de temer. 


Hay situaciones en la vida en las que vale la pena arriesgarse sin importar si al final ganamos o aprendemos, porque cuando lo intentamos de verdad, nunca se puede perder.


3.- Deseamos hacer algo pero nunca comenzamos a hacerlo: Es decir, nuestras metas y objetivos personales se quedan únicamente en nuestra mente y nunca las materializamos.


Dejamos que el tiempo pase, como si las cosas fueran a suceder por arte de magia o simplemente tendemos a procrastinar todo el tiempo y cuando nos damos cuenta han pasado muchos años y no hemos sabido aprovechar las oportunidades que se nos presentaban.


4.- Restamos importancia a lo que realmente importa. Una de las cosas que son realmente importantes en nuestra vida es nuestro sentido vital. 

Aquello que nos mueve y nos apasiona, lo que nos hace realizar determinadas acciones incluso sin esperar nada a cambio. 


En ocasiones, dejamos de lado aquellas cosas realmente importantes en la vida por no haber priorizado anteriormente de manera correcta y perdemos el tiempo en cosas que tienen poco a ningún sentido para nosotros. 


Esto a la larga, cada vez más pesando más y nos genera un estado de frustración e insatisfacción constante.


5.- Zona de confort. El encontrarse en la zona de confort puede resultar bastante cómodo para la mayoría de nosotros ya que aparentemente “no sucede nada” fuera de lo normal en nuestra vida. 


Es por esta razón, que incluso aunque la zona de confort no sea muy confortable realmente, preferimos quedarnos ahí que aventurarnos a lo desconocido. 


Nos da tanto miedo arriesgarnos y movernos de ahí que somos capaces de no intentar lograr nuestros objetivos vitales.


No es necesario que llegue el momento en el que nos encontremos debatiendo entre la vida y la muerte para comenzar a darnos cuenta de que “nos faltó algo”

Sería lamentable tener que esperar a que eso suceda. Necesitamos cambiar nuestra percepción para poder ponernos en acción. 



¡Hoy es un buen día para comenzar a tener esa vida que tanto hemos deseado! 

Gracias por visitar mi blog de psicología y desarrollo personal, espero que mi artículo: ¿por qué no nos atrevemos más en la vida? Te haya gustado pero sobre todo que te haya aportado algo positivo. ¡Hasta la próxima!


PUBLICACIONES POPULARES