Como
sabemos, el proceso de duelo es una de las situaciones más difíciles
y traumáticas por las que podemos atravesar en la vida.
Al
ser un proceso que trae consigo dolor, es normal que comiencen a
surgir algunas dudas como por ejemplo: ¿en qué momento necesitamos
ayuda de un profesional para afrontar el duelo?, ¿cómo saber hasta
que punto es normal lo que siento?
Por
esta razón me he dado a la tarea de escribir este artículo
informativo para que pueda servir a las personas que estén
atravesando el duelo de orientación.
¿En qué momento debemos de consultar a un profesional para afrontar el duelo?
Es
importante darnos cuenta y reconocer en que momento necesitamos pedir
ayuda a un profesional cuando nos encontramos atravesando un proceso de duelo.
Ya que en muchas ocasiones dejamos de dar importancia a lo que nos ocurre y pasamos por alto aquellas situaciones que nos están haciendo aún más daño pensando que es normal, que forma parte del duelo y que con el tiempo se nos va a pasar, etc.
Ya que en muchas ocasiones dejamos de dar importancia a lo que nos ocurre y pasamos por alto aquellas situaciones que nos están haciendo aún más daño pensando que es normal, que forma parte del duelo y que con el tiempo se nos va a pasar, etc.
Para
saber si necesitamos ayuda psicológica para afrontar el duelo,
podemos basarnos en lo siguiente:
-
Sientes que lo necesitas: Si sientes que tu mismo(a) no puedes en estos momentos hacer frente a esta situación y que está pudiendo contigo o simplemente prefieres atravesar este proceso con la ayuda de un profesional especializado, busca ayuda.
No
es necesario que te encuentres sumamente mal y que esperes al último
momento para pedir ayuda a un profesional, puedes hacerlo siempre
que sientas que lo necesites.
-
Intensos sentimientos de culpa: Si estás comenzando a tener unos sentimientos de culpa muy intensos de los que sientes que no puedes liberarte y que parecieran que nunca van a terminar y que cada vez te hacen sentir peor contigo mismo(a).
-
Desesperación extrema: Te sientes intranquilo(a) y tenso(a) todo el tiempo, lo cual no te permite llevar a cabo de manera adecuada tus actividades del día a día.
Incluso
a veces tratas de eliminar esa sensación haciendo muchas
actividades para mantenerte ocupado todo el tiempo aunque la
desesperación sigue ahí.
-
Síntomas físicos molestos: Si has comenzado a experimentar síntomas físicos intensos y molestos, como por ejemplo: dolores en el pecho, demasiada tensión en la espalada, dolor en los brazos, trastornos del sueño, etc.
-
Reacciones de ira incontrolada: Cuando en momentos determinados tienes reacciones de ira que parecen incontrolables y que sientes que no puedes evitar.
Tienes
la sensación de que todo te molesta, tu tolerancia a la frustración
ha disminuido y todo te sienta mal.
-
Pensamientos recurrentes obsesivos: Sientes que tus pensamientos, emociones y conductas están excesivamente enfocadas en los recuerdos relacionados con la pérdida, tanto que no te permiten concentrarte en nada, tener momentos de descanso, actuar de manera en la que tu quisieras, etc.
Pensamientos que invaden tu mente una y otra vez y
que no te permiten volver a retomar tu vida cotidiana ya que están
todo el día molestándote y haciéndote experimentar emociones
molestas.
-
Dificultades para relacionarte con los demás: Notas que empiezas a tener cada vez más dificultades a la hora de relacionarte con tu entorno social, laboral, familiar, etc. por la razón que sea.
Por
ejemplo: puedes tener la sensación de que nadie te comprende
realmente y comenzar a aislarte, puedes sentir que te rechazan los
demás, sentirte diferente al resto, entre otras cosas.
Lo
cual dificulta que puedas tener una interacción sana y asertiva con
el resto de las personas en una o más áreas de tu vida.
-
Consumo de alcohol y/o drogas: Cuando comienzas a consumir o aumentas significativamente el consumo de alcohol u otras drogas.
Algunas
personas cometen el error de refugiarse en ese tipo de sustancias
para evadir el dolor que sienten, sin embargo, finalmente eso no
hace más que prolongar el sufrimiento.
Aparte
de que los problemas que ya tenía la persona van a ir cada vez más
en aumento.
-
Ideas suicidas: Cuando has comenzado a tener pensamientos e ideas relacionadas con suicidarte.
Ya
sea porque estés pensando en la forma en la que quisieras hacerlo,
si te lo estás planteando como opción, si son pensamientos que
vienen y van aunque no lo tienes claro o cualquier otro tipo de
situación, ¡es necesario que pidas ayuda psicológica!
¿Cómo se trabaja con el duelo desde la terapia psicológica?
Existen
distintas maneras de trabajar con el duelo, las cuales dependen de la
situación individual de cada persona e incluso de la forma de llevar
a cabo la terapia del profesional.
Los
objetivos de la terapia psicológica para trabajar con el duelo, son
los siguientes:
-
Aceptar la pérdida: En ocasiones parece que esto es algo evidente, sin embargo realmente no es fácil aceptar que un ser amado se ha ido, aunque la muerte haya sido debido a alguna enfermedad terminal.
Sobre
todo al principio, es bastante común que se tenga la sensación de
que eso que está pasando no es real y que la persona no se ha ido.
Por
lo que es necesario partir de ahí para poder seguir avanzando en el
proceso de duelo y que la persona no se quede atrapada en esa etapa.
-
Gestionar las emociones y el dolor: Las pérdidas siempre vienen acompañadas de dolor emocional y físico, así como de experimentar a la vez distintas emociones difíciles de vivir y de comprender.
Por
lo tanto, una de las tareas en la psicoterapia es que la persona
pueda permitirse vivir el dolor de la pérdida, reconocer sus
propias emociones y aprender a gestionarlas.
Hay
que tener en cuenta que el dolor no solo es emocional sino que
también es físico y durante las sesiones se aprende a vivirlos de
la manera más sana posible.
-
Adaptarse a un medio en el que la persona fallecida no esté físicamente. Después de que se ha aprendido a gestionar de forma adecuada el dolor y las emociones, se va preparando a la persona para que se adapte a la nueva situación.
Es
decir, dependiendo del rol que haya tenido la persona que ha
fallecido, la persona que está en duelo va adaptándose al nuevo rol
que tiene que cumplir ahora.
-
Recolocar emocionalmente a la persona fallecida y seguir viviendo. El objetivo es que la persona aprenda a darle un lugar a nivel emocional y espiritual a la persona fallecida en donde pueda percibirlo de otra manera.
Es
decir, que la persona pueda continuar con su vida a pesar del dolor
de la pérdida y sea capaz de volver a experimentar sentimientos
positivos y vivencias satisfactorias.
2 importantes consejos para afrontar el duelo
Si
te encuentras atravesando un proceso de duelo, es comprensible que lo
que más intentes ahora es huir de esa gran dolor que estás
sintiendo.
Entiendo
que quisieras alejarte, huir e incluso borrar de tu mente todo lo
vivido y pensar que nada de lo que ha ocurrido es cierto, que nunca
pasó.
Comprendo
que probablemente no quieras saber del mundo en estos momentos, que
no puedas pensar más que en tu inmenso dolor, que pienses una y otra
vez en lo injusta que es la vida contigo y que te sientas
desilusionado y agotado de tanto dolor.
Se
que no es fácil estar sintiéndote así, que el malestar es tan
grande que no quieras a veces ni hablar del tema.
Pero,
si me permites darte 2 consejos que considero esenciales, aparte de
que pidas ayuda y busques el asesoramiento de un profesional para que
puedas atravesar mejor esta situación, es que NO te quedes solo(a) y
NO trates de evitar el dolor.
-
No te quedes solo(a): Se que probablemente lo último que quieres es estar rodeado de gente. No necesitas estar rodeado de gente para sentirte mejor pero si es importante que NO te quedes solo(a).
Por
favor busca la compañía y el apoyo por lo menos de 1 o 2 personas
a las que les tengas más confianza.
Recuerda
que todos hemos experimentado o experimentaremos alguna vez en
nuestra vida dolor y que tal vez tu hoy necesites de ellos pero
cualquier otro día otra persona necesitará de ti.
El
fomentar relaciones basadas en el amor, respeto y apoyo mutuo, sin
duda nos hace más humanos y hace que estemos más unidos y por lo
tanto que podamos enfrentar mejor las situaciones difíciles de la
vida.
-
No trates de evitar el dolor: Irónicamente mientras más tratamos de huir del dolor para que no nos haga daño, nos termina haciendo aún más.
Se
que es muy duro hacerlo pero todos tenemos derecho a vivir nuestro
propio dolor, de sentirnos mal, de sentirnos tristes.
Si
no nos damos el permiso para vivirlo, el dolor jamás se irá, se
quedará ahí estancado en lo más profundo de nuestro ser y nuestro
cuerpo se encargará de recordarlo más adelante.
Así
que si tienes ganas de llorar, hazlo, si tienes ganas de expresar tu
dolor y sacarlo, no dudes jamás en hacerlo.
No
trates de hacerte el(la) fuerte porque es peor y lo único que va a
hacer es prolongar tu sufrimiento.
Recuerda que al igual que nuestra salud física, también es importante nuestra salud mental y emocional.
Si
sólo nos enfocamos en alguna de ellas, perderemos nuestro sano
equilibrio.
Demos
la suficiente importancia a lo que nos ocurre a nivel psicológico ya
que si lo dejamos de lado, es probable que más adelante también se
convierta en un problema físico y sobre todo que nos apartaremos
cada vez más de nuestro deseado bienestar emocional.
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