Existen muchas razones por las cuales
podemos comenzar a desarrollar algún tipo de depresión y uno de los
peores tipos de depresión que pueden aparecer durante esta temporada
es la depresión post vacacional.
Las vacaciones son muy beneficiosas
para nuestra salud física y mental. De hecho se ha comprobado que
nuestra presión arterial baja y el riesgo de derrames cerebrales y
ataques cardíacos se recude significativamente.
Cuando estamos de vacaciones, se
reduce el número de responsabilidades y estresores diarios, por lo
tanto nos sentimos más tranquilos y podemos descansar con mayor
profundidad. Pero, ¿qué ocurre cuando toca regresar al trabajo?
Qué
es la depresión post vacacional
La
depresión post vacacional es un síndrome que puede aparecer cuando
una persona regresa a su trabajo después de sus vacaciones y se
caracteriza por tener la sensación de no poder responder a las
demandas del trabajo debido al cansancio y estrés que experimentan.
Esta sensación de estar sumamente
estresado, cansado y experimentar un malestar físico y emocional en
general suele durar de 2 a 3 días, aunque en ocasiones puede
prologarse a un máximo de 21 días hasta que la persona logra
adaptarse de nuevo.
Según una investigación realizada
por Jeroen Nawjin de la Universidad Erasmus, encontró que las
personas experimentan un mayor nivel de felicidad durante la
planeación de sus vacaciones.
Después de que las vacaciones han
terminado, las personas que viajaron y las que se quedaron en casa
reportaron el mismo nivel de satisfacción.
Sin embargo, aquellas que disfrutaron
de nuevas experiencias y tuvieron unas vacaciones más emocionantes,
reportaron un mayor nivel de estrés e insatisfacción a la hora de
regresar al trabajo.
Es decir, que cuanto más largas y
satisfactorias sean las vacaciones, mayor será el nivel de estrés e
insatisfacción que se va a experimentar a la hora de regresar al
trabajo y a la rutina diaria.
También hay que tomar en cuenta que
existen otros factores como tener un trabajo insatisfactorio, un
salario inadecuado, una mala relación con los jefes y/o compañeros,
etc. que influye para que la persona se sienta más estresada e
infeliz a su regreso.
Por lo que a pesar de que unas buenas
vacaciones puedan contribuir para que la persona se relaje y descanse,
esto no suele ser suficiente para reducir el impacto de los problemas
y el estrés que vive diariamente en su trabajo.
Cuando
este malestar persiste en el tiempo, se corre el riesgo de que la
persona pueda llegar a generar algún trastorno de ansiedad y/o
depresión.
Depresión post vacacional: síntomas
Los síntomas que se pueden llegar a
experimentar cuando aparece este tipo de síndrome, varían de una
persona a otra y pueden ser más o menos intensos según el caso en
particular de cada quien.
Entre los síntomas más comunes se
encuentran los siguientes:
-
Problemas de sueño: Un síntoma bastante común que se presenta ante la depresión post vacacional es la falta o el exceso de sueño.
Hay
personas que simplemente no pueden dormir o que duermen muy poco
debido a que no pueden dejar de pensar en lo bien que lo pasaron
durante sus vacaciones y/o en los problemas y desafíos que tienen
que enfrentar en su trabajo.
Por
otro lado están las que por el contrario, duermen demasiado ya que
es su manera de evadir la realidad y prefieren que el mundo de los
sueños tome el control por el mayor tiempo posible.
-
Apatía: Sin duda suele aparecer frecuentemente un nivel elevado de apatía y desgano cuando se ha regresado al trabajo.
La
persona se encuentra poco motivada como si estuviera frustrada o
fastidiada de estar en ese
entorno laboral.
Por
lo que es más propensa a cometer errores en el trabajo, hacer sus
tareas diarias con mayor lentitud y desinterés, mostrarse
indiferente ante sus jefes y/o compañeros, etc.
-
Cambios de humor e irritabilidad: Aparecen lapsos de irritabilidad y mal humor de manera frecuente en el trabajo y/o en casa. También pueden aparecer episodios de tristeza e incluso ganas de llorar con facilidad.
La
persona puede sentirse bien por momentos pero de repente caer en una
profunda tristeza y desesperación.
-
Falta de energía: Sensación de estar agotado(a) todo el tiempo, desmotivado(a) y sin ganas de hacer nada.
Aquí
también influye el
hecho no poder dormir lo suficiente o dormir más de lo normal, lo
cual provoca que la mente y el cuerpo se encuentren agotados.
-
Bajo estado de ánimo: La persona se siente sensible y es común que ronden una gran cantidad de pensamientos irracionales y negativos casi todo el tiempo.
Por
ejemplo, puede pensar frecuentemente en aquello que siente que le
hace falta para estar feliz, en lo inadecuada que es para ciertas
cosas, en lo difícil que es enfrentar sus problemas y/o
responsabilidades, etc.
Lo
cual provoca que emocionalmente se sienta de acuerdo a aquello que
piensa constantemente.
-
Ansiedad: Es común experimentar ansiedad frecuentemente debido al nivel de estrés tan elevado que se está sintiendo.
Esto
se vive como si se estuviera en estado de alerta todo el tiempo,
como si la persona estuviera preparándose siempre para lo peor que
pudiera pasar. Por lo tanto se siente intranquila, nerviosa,
insegura y le es muy difícil poder relajarse.
7
consejos para superar la depresión post vacacional
-
Regresa unos días antes a casa: Si te vas te de viaje, trata de regresar por lo menos 2 días antes de que tengas que regresar nuevamente al trabajo.
Esto
te será de gran ayuda ya que normalmente después de haber hecho un
viaje, por muy
corto
o largo que sea regresamos cansados y tenemos que volvernos a
adaptar a nuestra rutina normal.
Así
que darte mínimos dos días de descanso en casa para ir adaptándote
nuevamente a horarios, rutinas, incluso comidas, etc. te será de
gran ayuda para evitar que aparezca este síndrome.
-
Acepta y canaliza tus emociones. Hay que tomar en cuenta que también es normal sentir melancolía, tristeza o coraje después de haber regresado de vacaciones.
Así
es como normalmente tendemos a reaccionar a los cambios, es difícil
no añorar las buenas experiencias que se han tenido o querer
pasarlo bien por más tiempo.
Por
lo que si aparecen este tipo de emociones después de haber
regresado de vacaciones, en lugar de tratar de suprimirlas, se
pueden aceptar y canalizar de forma sana.
Por
ejemplo, si sentimos el deseo de llorar, podemos permitirnos hacerlo
y darnos el espacio para ello, o si aparece una sensación de coraje
o rabia, podemos escribir acerca de eso que estamos sintiendo.
El
caso es identificar y reconocer que estamos experimentando esa serie
de emociones y finalmente podemos aceptarlas y externarlas de forma
positiva.
-
Facilita tu rutina diaria: Una manera de gestionar y reducir el estrés provocado por la vuelta al trabajo y/o a la escuela, es tomar ciertas medidas que nos permitir facilitarnos las cosas.
Por
ejemplo, podemos organizarnos mejor para optimizar más nuestro
tiempo, priorizar las tareas más importantes que hay que hacer
durante el día y comenzar con ellas para después sentirnos más
tranquilos, etc.
La
finalidad es adoptar estrategias de acuerdo a la situación en
particular de cada persona que nos faciliten la realización de las
tareas cotidianas.
-
Evita la monotonía por el resto del año: Cuando se vive el resto del año de una forma menos monótona, no se siente tanto el contraste con las vacaciones.
Por
lo contrario, si todo el tiempo se hace lo mismo, se vive con estrés
el día a día y con muchas preocupaciones, el regreso de las
vacaciones resulta más abrumador.
Así
que siempre va a ser positivo que en la medida de lo posible se
procure ir variando la rutina diaria o por lo menos una vez a la
semana vivir experiencias nuevas y divertidas que te saquen de la
rutina.
-
Evaluar y cambiar lo que no funciona: Para muchas personas este podría ser un buen momento para darse cuenta de las cosas que podrían cambiar y/o mejorar en su vida.
Por
ejemplo, puede ser que el trabajo actual no sea satisfactorio en
ningún sentido y sea momento de comenzar a buscar uno nuevo, que la
vida en pareja
se ha vuelto sumamente monótona y hay que darle un giro para
mejorarla, etc.
-
Planificar un próximo viaje: Debido a que la planificación de un viaje resulta tan placentera como el viaje mismo, en el momento en el que se tenga una oportunidad de ir planificando un viaje nuevo (sin importar que falten muchos meses para poder viajar) es recomendable comenzar a hacer el plan.
El
comenzar a investigar a acerca de nuevos destinos que pueden ser
interesantes y enriquecedores, conocer más acerca de otros
lugares
o países, etc. ayuda a mantenernos más motivados y emocionados.
-
Practica el agradecimiento diario: Cuando nos encontramos decaídos y desanimados, nos olvidamos de todo aquello positivo que tenemos en la vida y nos centramos únicamente en lo que sentimos que nos hace falta.
Practicar el hábito de agradecer cada día por aquello que poseemos es de
gran ayuda para ayudarnos a reducir aquellos pensamientos negativos
que únicamente nos generan malestar.
¿Qué
podrías agradecer hoy? Trata de identificarlo y no te olvides de
recordarlo todos los días.
Gracias por quedarte hasta el final y
seguir visitando mi blog de psicología y desarrollo personal 😏
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