Para superar un duelo amoroso tenemos que atravesar por una serie de
fases que tienen como objetivo permitirnos rehacer nuevamente nuestra vida de
manera sana.
Superar la ausencia de alguien que fue vital para nuestra vida amorosa
es una de las situaciones más difíciles de atravesar.
Como sabemos, toda pérdida implica un duelo y por supuesto una ruptura
amorosa implica una pérdida.
No hay ninguna medicina física ni emocional que nos quite en un instante
el dolor que estamos sintiendo.
Sin embargo, podemos ayudarnos a atravesar por este duro proceso para
gestionarlo de manera más sana y productiva.
Conocer en qué consiste cada una de las fases es esencial para comprendernos
mejor a nosotros mismos y ayudarnos a salir adelante.
A continuación te explicaré en qué consiste cada una de estas fases para
superar un duelo amoroso.
- Fase de shock
- Fase de tristeza
- Fase de culpa
- Fase de resignación
- Fase de reconstrucción
- Fase de resolución
Fases para superar un duelo amoroso
- Fase de shock: Cuando
se produce la ruptura, al igual que en cualquier otro tipo de pérdida, se
experimenta una sensación de desorientación.
Nos tendemos a sentir incrédulos
ante la situación que está ocurriendo, sobre todo cuando la ruptura no se
esperaba.
Nos sentimos abatidos,
despreciados, abandonados, estancados y toda nuestra atención está focalizada
en la ruptura.
En este periodo de tiempo es
cuando tendemos a tener más problemas para dormir, nos sentimos más cansados,
con menos apetito, nos encerramos más en nosotros mismos, nos cuesta
concentrarnos en otras cosas, etc.
Es por esto que esta fase es una
de las más intensas y difíciles.
Sin embargo, por el hecho de ser
la fase más intensa, es también la más corta.
Tiene una duración aproximada de
2 a 3 semanas.
- Fase de tristeza: Esta etapa también es difícil aunque menos intensa que la primera.
Se experimenta una profunda
tristeza y nuestra mente se enfoca en recordar aquellos momentos buenos que
pasamos con la pareja.
Tenemos las emociones a flor de
piel y nos sentimos más sensibles. Por lo que cada vez que algo o alguien nos recuerda
a esa persona nos sentimos melancólicos y decaídos.
Muy a menudo las personas que
están atravesando por esta etapa suelen confundir la tristeza que sienten con
depresión.
Por ello es importante conocer la
diferencia entre una y otra cosa.
En esta etapa no nos enfocamos
tanto en la ruptura como en la anterior sin embargo solemos experimentar
episodios de tristeza más o menos constantes.
- Fase de culpa: Pasamos
de la tristeza al enojo y la culpa.
Podemos sentirnos culpables de
que la relación llegara a su fin o culpar a la otra persona.
Y es que se empieza a analizar
con detalle todo lo que cada uno hizo para saber quien lo hizo mal.
En esta fase nos sentimos más
sensibles e irritables, por lo que fácilmente podemos desquitar nuestra ira con
otras personas o con la ex pareja.
Es común que si se tiene todavía
contacto con la ex pareja se le reproche como manera de deshogarnos del dolor
emocional tan grande que sentimos.
Solemos tener pensamientos
negativos constantes que nos impiden comenzar a sentirnos más tranquilos y
estables, lo cual aumenta nuestro sentimiento de enojo, frustración y
culpabilidad.
- Fase de resignación: Esta fase se refiere al momento en el que comenzamos a aceptar
realmente que la relación terminó.
Es una de las transiciones más
difíciles porque tendemos a aferrarnos a lo que fue.
Sin embargo, cuando se llega a
esta etapa, la persona es consciente de que su ex pareja ya no estará más en su
vida.
También se hace consciente de que
está en ella tomar las riendas de su vida y decidir si seguir lamentando su
pérdida o seguir adelante.
Cuando nos resignamos nos
quitamos un peso de encima y esto nos hace sentir menos atados a esas emociones
intensas tan dolorosas.
Esta fase es decisiva y cuando se
opta por seguir adelante, comienza un proceso para llegar a la siguiente fase.
- Fase de reconstrucción: En esta fase dejamos de enfocarnos tanto en la
ruptura de la relación y comenzamos a enfocarnos en nosotros mismos.
Es decir, comenzamos nuevamente a
hacer las actividades que solíamos hacer, retomamos proyectos personales, etc.
Se trata de una etapa en donde
estamos nuevamente retomando las riendas de nuestra vida.
Por lo que ya no nos detiene
tanto la tristeza o las emociones difíciles relacionadas con la ruptura.
De hecho podemos tomar el dolor
de la ruptura como un impulso para salir adelante.
Nos sentimos motivados,
disfrutamos más de los amigos, familia, en las metas personales y laborales.
- Fase de resolución: Esta última fase es la más adecuada para comenzar a conocer a otras
posibles parejas.
Es decir, rehacer nuevamente
nuestra vida amorosa y si así se decide, comenzar una nueva relación.
En esta fase, el efecto emocional
que nos producía la otra persona ha evolucionado.
Ahora se ha convertido en otro
tipo de emoción que no nos lastima ni genera malestar.
Por lo tanto nos encontramos
aptos para continuar con nuestra vida amorosa y volver a construir un vínculo
afectivo con otra persona.
Para que este nuevo vínculo sea
sano, es recomendable no comenzar una relación encontrándonos en cualquiera de
las fases anteriores.
Tenemos que sentirnos totalmente
recuperados y listos para construir un nuevo lazo afectivo.
Para
superar un duelo amoroso ten en cuenta que….
1.- El
duelo tiene un tiempo determinado
Ahora mismo te parecerá que el dolor y el malestar que
sientes no tienen fin.
Y es que cuando estamos nos sentimos tristes y
abatidos, ver la luz al final del túnel nos parece algo imposible.
Sin embargo, el criterio profesional indica que el
duelo dura un tiempo determinado.
Tarde o temprano, aunque ahora no lo parezca, el dolor
que sientes se va a ir desvaneciendo y finalmente dejará de hacerte daño.
¿Te acuerdas de aquel novio(a) que tuviste hace tiempo
por el que sentías que “morías de amor” y ahora ya no sientes nada?
Las personas no se olvidan, es imposible, sin embargo
si desaparece aquello que nos provocaban emocionalmente.
Hay millones de personas que han sido víctimas del
desamor en el mundo que han recuperado nuevamente sus sueños y su estabilidad
emocional.
2.- Es
muy importante la aceptación
Aceptar que nos encontramos ante un duelo amoroso no
es tarea sencilla.
No es fácil hacer frente al dolor emocional que se
experimenta cuando estamos en una situación así.
Es por esta razón que tendemos a evadir el dolor que
estamos experimentando y rechazamos lo que está ocurriendo.
Hay que recordar que a lo que te resistes, persiste.
Así que es aconsejable que te permitas experimentar
esas emociones difíciles ahora, te desahogues y poco a poco vayas liberándote de
ellas.
Por último mencionarte que sobre todo las 3 primeras
fases pueden no experimentarse de manera secuencial.
Es decir, puedes experimentar de manera simultánea
algunas emociones propias de cada una de las 3 primeras fases.
Hay que tener en cuenta que cada persona es diferente
así como cada tipo de duelo.
No es lo mismo superar un duelo amoroso de un
matrimonio que tenía muchos años de relación que una relación de pareja de poco
tiempo.
Tampoco es igual superar un duelo amoroso cuando la
ruptura de relación no se esperaba a otra que sí, entre muchos otros factores
que marcan una diferencia entre un duelo y otro.
Espero que hayas encontrado en este artículo la información
que estabas buscando.
Si estás atravesando un duelo por una ruptura amorosa,
espero que puedas gestionarlo de la mejor manera posible.
¡Hasta la próxima!
Te dejo aquí algunos post que podrían interesarte:
Referencia:
Gullo,
S., Church, C., & Mateo, E. (2010). El shock sentimental: Cómo superarlo y recuperar la capacidad de amar
(Divulgación-Autoayuda) (Spanish Edition) (0 ed.). Madrid, España: Ediciones Paidós.
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