viernes, 8 de mayo de 2020

6 fases para superar un duelo amoroso 💔



Para superar un duelo amoroso tenemos que atravesar por una serie de fases que tienen como objetivo permitirnos rehacer nuevamente nuestra vida de manera sana.

Superar la ausencia de alguien que fue vital para nuestra vida amorosa es una de las situaciones más difíciles de atravesar.

Como sabemos, toda pérdida implica un duelo y por supuesto una ruptura amorosa implica una pérdida.

No hay ninguna medicina física ni emocional que nos quite en un instante el dolor que estamos sintiendo.

Sin embargo, podemos ayudarnos a atravesar por este duro proceso para gestionarlo de manera más sana y productiva.

Conocer en qué consiste cada una de las fases es esencial para comprendernos mejor a nosotros mismos y ayudarnos a salir adelante.

A continuación te explicaré en qué consiste cada una de estas fases para superar un duelo amoroso.

  • Fase de shock
  • Fase de tristeza
  • Fase de culpa
  • Fase de resignación
  • Fase de reconstrucción
  • Fase de resolución


Fases para superar un duelo amoroso



  1. Fase de shock: Cuando se produce la ruptura, al igual que en cualquier otro tipo de pérdida, se experimenta una sensación de desorientación.

Nos tendemos a sentir incrédulos ante la situación que está ocurriendo, sobre todo cuando la ruptura no se esperaba.

Nos sentimos abatidos, despreciados, abandonados, estancados y toda nuestra atención está focalizada en la ruptura.

En este periodo de tiempo es cuando tendemos a tener más problemas para dormir, nos sentimos más cansados, con menos apetito, nos encerramos más en nosotros mismos, nos cuesta concentrarnos en otras cosas, etc.

Es por esto que esta fase es una de las más intensas y difíciles.

Sin embargo, por el hecho de ser la fase más intensa, es también la más corta.

Tiene una duración aproximada de 2 a 3 semanas.


  1. Fase de tristeza: Esta etapa también es difícil aunque menos intensa que la primera.

Se experimenta una profunda tristeza y nuestra mente se enfoca en recordar aquellos momentos buenos que pasamos con la pareja.

Tenemos las emociones a flor de piel y nos sentimos más sensibles. Por lo que cada vez que algo o alguien nos recuerda a esa persona nos sentimos melancólicos y decaídos.

Muy a menudo las personas que están atravesando por esta etapa suelen confundir la tristeza que sienten con depresión.

Por ello es importante conocer la diferencia entre una y otra cosa.

En esta etapa no nos enfocamos tanto en la ruptura como en la anterior sin embargo solemos experimentar episodios de tristeza más o menos constantes.




  1. Fase de culpa: Pasamos de la tristeza al enojo y la culpa.

Podemos sentirnos culpables de que la relación llegara a su fin o culpar a la otra persona.

Y es que se empieza a analizar con detalle todo lo que cada uno hizo para saber quien lo hizo mal.

En esta fase nos sentimos más sensibles e irritables, por lo que fácilmente podemos desquitar nuestra ira con otras personas o con la ex pareja.

Es común que si se tiene todavía contacto con la ex pareja se le reproche como manera de deshogarnos del dolor emocional tan grande que sentimos.

Solemos tener pensamientos negativos constantes que nos impiden comenzar a sentirnos más tranquilos y estables, lo cual aumenta nuestro sentimiento de enojo, frustración y culpabilidad.


  1. Fase de resignación: Esta fase se refiere al momento en el que comenzamos a aceptar realmente que la relación terminó.

Es una de las transiciones más difíciles porque tendemos a aferrarnos a lo que fue.

Sin embargo, cuando se llega a esta etapa, la persona es consciente de que su ex pareja ya no estará más en su vida.

También se hace consciente de que está en ella tomar las riendas de su vida y decidir si seguir lamentando su pérdida o seguir adelante.

Cuando nos resignamos nos quitamos un peso de encima y esto nos hace sentir menos atados a esas emociones intensas tan dolorosas.

Esta fase es decisiva y cuando se opta por seguir adelante, comienza un proceso para llegar a la siguiente fase.




  1. Fase de reconstrucción: En esta fase dejamos de enfocarnos tanto en la ruptura de la relación y comenzamos a enfocarnos en nosotros mismos.

Es decir, comenzamos nuevamente a hacer las actividades que solíamos hacer, retomamos proyectos personales, etc.

Se trata de una etapa en donde estamos nuevamente retomando las riendas de nuestra vida.

Por lo que ya no nos detiene tanto la tristeza o las emociones difíciles relacionadas con la ruptura.

De hecho podemos tomar el dolor de la ruptura como un impulso para salir adelante.

Nos sentimos motivados, disfrutamos más de los amigos, familia, en las metas personales y laborales.



  1. Fase de resolución: Esta última fase es la más adecuada para comenzar a conocer a otras posibles parejas.

Es decir, rehacer nuevamente nuestra vida amorosa y si así se decide, comenzar una nueva relación.

En esta fase, el efecto emocional que nos producía la otra persona ha evolucionado.

Ahora se ha convertido en otro tipo de emoción que no nos lastima ni genera malestar.

Por lo tanto nos encontramos aptos para continuar con nuestra vida amorosa y volver a construir un vínculo afectivo con otra persona.

Para que este nuevo vínculo sea sano, es recomendable no comenzar una relación encontrándonos en cualquiera de las fases anteriores.

Tenemos que sentirnos totalmente recuperados y listos para construir un nuevo lazo afectivo.


Para superar un duelo amoroso ten en cuenta que….




1.- El duelo tiene un tiempo determinado

Ahora mismo te parecerá que el dolor y el malestar que sientes no tienen fin.

Y es que cuando estamos nos sentimos tristes y abatidos, ver la luz al final del túnel nos parece algo imposible.

Sin embargo, el criterio profesional indica que el duelo dura un tiempo determinado.

Tarde o temprano, aunque ahora no lo parezca, el dolor que sientes se va a ir desvaneciendo y finalmente dejará de hacerte daño.

¿Te acuerdas de aquel novio(a) que tuviste hace tiempo por el que sentías que “morías de amor” y ahora ya no sientes nada?

Las personas no se olvidan, es imposible, sin embargo si desaparece aquello que nos provocaban emocionalmente. 

Hay millones de personas que han sido víctimas del desamor en el mundo que han recuperado nuevamente sus sueños y su estabilidad emocional.


2.- Es muy importante la aceptación


Aceptar que nos encontramos ante un duelo amoroso no es tarea sencilla.

No es fácil hacer frente al dolor emocional que se experimenta cuando estamos en una situación así.

Es por esta razón que tendemos a evadir el dolor que estamos experimentando y rechazamos lo que está ocurriendo.

Hay que recordar que a lo que te resistes, persiste.

Así que es aconsejable que te permitas experimentar esas emociones difíciles ahora, te desahogues y poco a poco vayas liberándote de ellas.

Por último mencionarte que sobre todo las 3 primeras fases pueden no experimentarse de manera secuencial.

Es decir, puedes experimentar de manera simultánea algunas emociones propias de cada una de las 3 primeras fases.

Hay que tener en cuenta que cada persona es diferente así como cada tipo de duelo.

No es lo mismo superar un duelo amoroso de un matrimonio que tenía muchos años de relación que una relación de pareja de poco tiempo.

Tampoco es igual superar un duelo amoroso cuando la ruptura de relación no se esperaba a otra que sí, entre muchos otros factores que marcan una diferencia entre un duelo y otro.


Espero que hayas encontrado en este artículo la información que estabas buscando.

Si estás atravesando un duelo por una ruptura amorosa, espero que puedas gestionarlo de la mejor manera posible.

¡Hasta la próxima!

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Referencia:


Gullo, S., Church, C., & Mateo, E. (2010). El shock sentimental: Cómo superarlo y recuperar la capacidad de amar (Divulgación-Autoayuda) (Spanish Edition) (0 ed.). Madrid, España: Ediciones Paidós.

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